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FATIGADOS REMANDO

"Rema mar adentro" comenzaba una encíclica de Juan Pablo II que movilizó la Iglesia.
Hoy he leído "al atardecer, estaba la barca en medio del mar... ellos se fatigaban remando, pues el viento les era contrario" (Marcos 6, 47-48).
Puede entusiasmar la invitación "¡ rema mar adentro !".
Y llega el momento en que nos encontramos en medio del mar... ya mar adentro.
A medida que nos hemos ido adentrando, ha ido pasando el tiempo, y ya atardece, cae la noche.
Encontrarse en medio del mar en medio de la noche sobrecoge.
Para colmo, el viento es contrario. Lo es con más frecuencia de la que quisiéramos.
Lo es cuando llevamos tiempo remando y ya tenemos cierto cansancio. Entonces nos exige más esfuerzo, cuando las fuerzas están menguando.
Estamos fatigando. Y la situación no es buena.
En medio del mar, de noche, con el viento en contra.
Y Jesús se ha quedado en tierra. Solos, sin él.
Fatigados. Remando.

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