Este evangelio ya fue proclamado el II domingo de Pascua.
Este domingo de Pentecostés la atención se centra en estas palabras de Jesús resucitado: Recibid el Espíritu Santo. Las acompaña el gesto de "exhalar su aliento", las mismas palabras con las que Dios crea al ser humano, según la versión griega de Génesis 2, 7. Con la entrega del Espírito, Jesús está re-creando al ser humano, lo hace "nacer de nuevo", "nacer de Espíritu" (ver capítulo 3).
La comunidad de discípulos que recibe el Espíritu queda capacitada para ser mediadora del perdón de Dios: "a quienes les perdoneis los pecados, les quedan perdonados". En este evangelio de Juan, "pecados" se refiere propiamente a la posición que se toma contra Jesús: "pecado, porque no creen en mí" (16, 9). Quien acepta el testimonio de Jesús ha "dejado el pecado" (ese es el sentido de "perdonados los pecados" del original griego): "he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas" (12, 46)
El resucitado envía a la comunidad a dar ese mismo testimonio: "Como el Padre me envío así os envío yo".
Esto acontece "al anochecer" del mismo día de la resurreción de Jesús.
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