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Ganar al hermano - Lectio de Mateo 18, 15-20 Domingo 23 Ciclo A

El capítulo 18 de Mateo habla varias veces del pecado y de la acogida al pecador: el escándolizar a los pequeños, párabola de la oveja perdida, perdonar setenta veces siete, parábola del siervo infiel, y el texto de este domingo.
Los primeros versos detallan cómo se ha de proceder con un cristiano pecador (se sobreentiende que su pecado es conocido, público). El objetivo es "ganar" (traducción literal de lo que la liturgia traduce por "salvar") al hermano, no condendarlo.
La liturgia ha tomado de los originales que dicen: "si tu hermano peca", que es la mejor opción. Pero otros manuscritos traen un añadido y dicen: "si tu hermano peca contra ti", con lo que cambia el sentido.
Llamar a unos testigos es exigencia de Deuteronomio 19,15 donde la denuncia individual no era válida ante la comunidad.
El último paso, si fracasan los anteriores es decírselo "a la comunidad". El original griego dice textualmente: "a la iglesia", que puede ser traducido por comunidad. Sólo dos veces en el evangelio se usa la palabra "iglesia" (también en 16,18).
Si se empecina en no escuchar, entonces es considerado como uno que no pertenece a la comunidad, es decir, es expulsado.
Esta excomunión hecha por la iglesia es refrendada por el mismo Jesucristo: lo atado/desatado por la iglesia en la tierra (el admitir o expulsar de la comunidad) es sancionado en el cielo.

Cotinúa Jesús afirmando que lo pedido de común acuerdo, el Padre lo atenderá. Siguiendo el tema anterior, la petición sería la conversión del hermano pecador, aunque no se dice explícitamente.
Por último Jesús garantiza su presencia en la comunidad cristiana, en los congregados en su nombre.



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