En la vida cotidiana (Galilea en vez de Jerusalén), un grupo de siete discípulos (comunidad universal, en vez de significar las Doce tribus de Israel), van a pescar (la misión) infructuosamente porque Jesús no está con ellos, pero al hacerse presente se llena la red (signo por el que es reconocido). A la vuelta de la misión, Jesús prepara una comida con panes y peces (la Eucaristía) que celebra con la comunidad.
Tras la Eucaristía, Jesús ayuda a Pedro a superar el trauma de su traición, con una triple afirmación de su amistad con Jesús en vez de las tres negaciones. Jesús le encomienda ser como Él el buen pastor que da la vida por sus ovejas, y le predice la muerte en cruz ("extenderás las manos..."). Termina invitándole -por primera vez- a su seguimiento, como hace el discípulo amado.
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