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¿Por qué me tentais?: Mateo 22,15-21 Domingo XXXIX A

La cuestión de los impuestos cobrados por los ocupantes ya la abordó Mateo en  17,24. Allí Jesús se mostró contrario a ellos ("Los hijos están exentos" v. 26) pero opta por un comportamiento no beligerante ("Para que no ofendamos... toma la moneda y dásela por ti y por mi" v.27).
A la cuestión planteada ahora ("¿Es lícito pagar impuesto al César?"), Jesús responde con una conocida frase que cada uno la usa dándole distintas interpretaciones: "Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". (Ver interpretación en "Al César lo del César a Dios lo de Dios", desde los textos de Mateo y Lucas)
Para comprender mejor lo que Jesús dice hay que ajustarse a la pregunta: "¿Es lícito?" cuestiona si está de acuerdo con la Palabra de Dios o no. Es algo que la comunidad cristiana a la que escribe Mateo tiene que resolver: si está de acuerdo con el Evangelio de Jesucristo el honrar  con el pago de impuestos a un emperador, en este caso Tiberio. que se fue proclamado "César".
Además, el evangelista presenta la pregunta como una trampa urdida por los fariseos contra Jesús y puesta no directamente por ellos sino por sus discípulos aliados con los partidarios de Herodes. Por tanto, en su respuesta Jesús no se puede limitar a enseñar, sino tiene que evitar ser atrapado, objetivo que logra ("Al oír esto se maravillaron y, dejándolo, se fueron" v. 22 que la liturgia no incluye en la lectura).
Con esta perícopa, los lectores originales de Mateo comprendieron que podían pagar los impuestos del imperio sin que eso significasen que estuvieran dando al emperador una honra que sólo corresponde al Señor Jesús y a su Padre.

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