Un texto rico en la simbología que Juan usa a lo largo de su evangelio. Marca la transición de Juan Bautista a Jesús.
Sigue la dinámica joánica del testimonio: se habla de lo que se ha visto u oído personalmente. Así, el Bautista habla de Jesús sobre el cual, en el verísculo anterior, ya había dicho: "Yo lo he visto y doy testimonio de
que él es el Hijo de Dios". Al "oír" su testimonio, dos discípulos suyos siguen a Jesús, y después de "ver" dónde vivía, uno de ellos da testimonio sobre Jesús a su hermano, el cual, al "oir" va al encuentro de Jesús.
El testimonio que se da sobre Jesús es que él es "El Cordero de Dios" y el "Mesías" o "Ungido".
Ya antes el Bautista había llamado a Jesús "Cordero de Dios" (en el v. 29), que h ace referencia al cordero que se sacrificaba para la celebración de la Pascua que liberó al pueblo de la opresión de Egipto. Así, Jesús es presentado como aquel con cuyo sacrificio el pueblo va a ser liberado "del pecado del mundo" (v. 29). Siendo así, es el "Mesías" anunciado por los profetas para la liberación del pueblo.
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