Este discurso de Jesús a la gente que le "acompaña" tiene cuatro puntos:
1. Primero afirma, como ya ha hecho antes en 9, 59-62, que la relación con Él tiene prioridad sobre la relación con la familia. Usa un semitismo que puede ser traducido por "odiar", pero más acertadamente por "posponer": ...y no pospone a su padre... Llama la atención que Lucas no mencione "posponer al marido", cuando sí lo dice de la mujer, aunque evidentemente el sentido del texto lo incluye.
2. El "posponer" incluye a uno mismo, que ha de cargar con su propia cruz. Jesús ya dio esta enseñanza en Lucas 9, 23: ver el comentario explicativo.
3. En tercer lugar pone dos comparaciones en las que se acomete una empresa sin haber previsto las posibilidades, lo cual tiene como consecuencia una pérdida de honor, algo esencial en la cultura mediterránea. Era frecuente que los maestros invitaran a los candidatos a medir su capacidad para el discipulado antes de emprenderlo.
4. Por último, insiste en la necesaria renuncia a los bienes cara al seguimiento, un aspecto resaltado por Lucas en numerosas ocasiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario